Experiencias propias (I): Car Spotting o cómo fotografiar coches por la calle

Car Spotting en su máximo esplendor

Un sábado de marzo por la Costa Brava, bajo un día gris y lluvioso. La cosa no prometía mucho cuando, en mi coche, iba por Palamós buscando un sitio para comer. Pero mi lado oscuro del car spotting salió a relucir. Me encontré con un espectacular deportivo, que estaba aparcado en el puerto deportivo: un Lamborghini Murciélago en color blanco. No es que estuviera cerca, yendo en coche me quedaba a bastante distancia y al principio creí que era un Ferrari F430. Aparqué mi coche tan rápido como pude para dirigirme, cámara fotográfica en mano y con paso firme, hasta esa preciosa máquina. Según me acercaba, me daba cuenta de la magnitud del avistamiento, así que aumenté el ritmo casi hasta la carrera. Cuando llegué a él, empecé a hacer fotos a ritmo frenético, aún con lluvia fina pero insistente. Tomé cerca de treinta fotos, más o menos un carrete de los antiguos. Con todas esas fotos y el recuerdo en mi mente, me fui a comer.

Sorpresas te da la vida

Pero al día aún le quedaban cosas para dar, había tiempo para practicar el car spotting. Saliendo del restaurante me encuentro con un Audi R8 aparcando. Mamma Mia!! A por él que me lanzé, y a tomar alguna foto más. Entonces ya ni corto ni perezoso, me dirigí hasta la vecina población de Platja d’Aro, con la esperanza de ver algo más. Y vaya si lo ví, ahí en la calle aparcado estaba un precioso Maserati GranTurismo nuevecito. Busqué una vez más sitio para dejar el coche y repetir el ritual. Pero en plena calle principal, la gente creo que debió pensar algo como: qué le pasa a este loco? No importa, yo a lo mío y una foto tras otra cayeron otra veintena.

Después de eso me fui a buscar otro Maserati que había visto con anterioridad. A ver si tengo suerte y está allí (me dije), y es que aquella era mi jornada. Aparcadito estaba, de nuevo a repetir el ritual, sin importarme el entorno, y es que el coche se merecía un poco de atención. Se trataba de un Maserati Biturbo Si de principios de los ’90.

Ya con eso dí la jornada por terminada, me disponía a volver a casa, a unos 80 quilómetros de allí, pero por una estraña fuerza me desvié de la carretera principal y en Castell d’Aro me encontré un precioso Renault 5 pintado en color azul francia y con logos de Gitanes. Otra preciosidad que además estaba preparado para rallyes, y de nuevo allí disparando fotos como un poseso.

Maserati_Granturismo-4 Renault_5_Gitanes-2

Arriba podéis ver un par de esas fotos que hice, bajo la mirada de los transeúntes atónitos, y en este enlace podréis ver el resto de la ingente cantidad de fotos que uno puede llegar a hacer en muy poco tiempo.
Saludos, y hasta pronto!

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